JOHN F. KENNEDY
¡Oh John Kennedy!
tu pueblo te llora
el mío también.
Por justo y bienhechor,
viles despiadados
a ti te asesinaron.
Gangrena el bien lleva;
si malo hubieses sido,
en la tierra tú te quedas.
Una antorcha en tu féretro,
que al mundo iluminará.
Tu vida fue un ejemplo
de amor y caridad.
Tu adiós, al mundo conmovió.
La paz... ¡que sola se queda!...
Ya no estás tú a su vera...
¡Oh John Kennedy!
tú no distinguiste
los colores humanos.
Solo viste hermanos.
Por eso mi pueblo,
que no conoce el color,
te venera, te recuerda
y te tiene amor.
En el cielo con Dios, preferible estar,
en la tierra somos ingratos,
sin amor ni caridad.
Ejemplo de lo que fuiste,
en tu hijo queda,
derecho como un mástil.
Saludo a ti y a tu bandera.
Pereira - 22/Noviembre/1963