PEREIRA, SENCILLAMENTE
Pereira el pintor de la poesía o el poeta de la pintura, es en sí; el hombre. Sus poemas, sus pinturas no son otra cosa que un intento de LIMPIAR, para que la palabra "HOMBRE" reluzca en la oscuridad de muchas cosas ...
Sus figuras negras no son hombres, son ansias con forma que desean explotar para demostrar su luz interior, se las notan en un dinamismo tenso. Son figuras de grito, más aún, son figuras de canto. A Pereira le duele lo que le duele al HOMBRE, la Tierra, una Tierra llena de eco de un ser que se va buscando a si mismo. Su poesía es una poesía directa, llena de vacío expectante que se complementa con la pintura en armonía, no diré perfecta sino equilibrada.
Hay un tema en Pereira, Andalucía. Pereira siente Andalucía y la muestra, nos la muestra, como una Tierra que grita, una Tierra de gritos de esperanzas, de tiempo de sol, una Tierra de hombres, de "hombres- negros" que gritan porque Pereíra es un grito. Poeta y nada más, ni más grande ni más pequeño, ni más perfecto ni menos imperfecto Pereira nos da gritos y nos lo llena de color. Sencillamente.
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